10 pues la tristeza que se soporta de manera agradable a Dios, conduce a una conversión que da por resultado la salvación, y no hay nada que lamentar. ¡La tristeza del mundo es la que produce muerte!
11 Vosotros soportasteis la tristeza, como a Dios agrada, ¡y ved ahora los resultados! Os hizo tomar en serio el asunto y defenderme. Os hizo enojar y también sentir miedo. Después deseasteis verme y os dispusisteis a castigar al culpable. Con todo lo cual habéis demostrado que nada tuvisteis que ver en ese asunto.
12 Así pues, cuando os escribí aquella carta no lo hice pensando en el ofensor ni en la persona ofendida, sino para que se viera delante de Dios vuestra preocupación por nosotros.
13 Y esto, para nosotros, ha sido un consuelo.Sin embargo, mucho más que este consuelo que hemos recibido nos ha alegrado el ver que Tito está muy contento, pues todos le habéis dado nuevos ánimos.
14 Yo le había dicho a Tito que me sentía orgulloso de vosotros, y no he quedado mal. Al contrario, así como es verdad cuanto os hemos dicho a vosotros, también es verdad lo que le dijimos a Tito: que estamos orgullosos de vosotros.
15 Y el cariño que os tiene aumenta al recordar que todos le obedecisteis y le recibisteis con tan profundo respeto.
16 ¡Me alegro de poder confiar plenamente en vosotros!