48 Judas les mandó mensajeros en son de paz, para decirles: «Queremos pasar por el territorio de ustedes para llegar a nuestra patria. Nadie les hará ningún mal. Solamente queremos pasar.» Pero ellos no quisieron abrirle la ciudad.
49 Entonces Judas mandó avisar a su ejército que cada uno conservara la posición que tenía.
50 Los soldados tomaron posiciones de batalla, y atacaron la ciudad todo ese día y toda la noche, hasta que la ciudad cayó en su poder.
51 Pasaron a filo de espada a todos los hombres que había en la ciudad, y a la ciudad la destruyeron, la saquearon y la atravesaron, pasando por encima de los cadáveres.
52 Luego cruzaron el Jordán, y llegaron a la gran llanura que está frente a Bet-seán.
53 Entre tanto, Judas reunía a los rezagados y animaba a la gente durante todo el viaje, hasta que llegaron a Judea.
54 Llenos de alegría y júbilo subieron al monte Sión y ofrecieron holocaustos porque habían vuelto sanos y salvos, sin haber sufrido ninguna baja.