50 Adonías, por su parte, por miedo a Salomón se levantó y se fue al santuario, y allí buscó refugio agarrándose a los cuernos del altar.
51 Alguien fue a decirle a Salomón:—Adonías tiene miedo de Su Majestad, y se ha refugiado en el altar. Pide que Su Majestad le jure ahora mismo que no lo va a matar.
52 Salomón respondió:—Si se porta como un hombre de bien, no caerá al suelo ni un pelo de su cabeza; pero si se descubre alguna maldad en él, morirá.
53 En seguida Salomón mandó que lo retiraran del altar. Luego Adonías fue y se inclinó ante el rey Salomón, y éste le ordenó que se fuera a su casa.