2 Entonces Saúl escogió a tres mil hombres de todo Israel y fue a buscar a David y sus hombres por las peñas más escarpadas.
3 En su camino llegó a unos rediles de ovejas, cerca de los cuales había una cueva en la que estaban escondidos David y sus hombres. Saúl se metió en ella para hacer sus necesidades,
4 y los hombres de David le dijeron a éste:—Hoy se cumple la promesa que te hizo el Señor de que pondría en tus manos a tu enemigo. Haz con él lo que mejor te parezca.Entonces David se levantó, y con mucha precaución cortó un pedazo de la capa de Saúl;
5 pero después de hacerlo le remordió la conciencia,
6 y les dijo a sus hombres:—¡El Señor me libre de alzar mi mano contra mi señor el rey! ¡Si él es rey, es porque el Señor lo ha escogido!
7 De este modo refrenó David a sus hombres y no les permitió atacar a Saúl, el cual salió de la cueva y siguió su camino.
8 Pero en seguida David salió de la cueva tras él, y le gritó:—¡Majestad, Majestad!Saúl miró hacia atrás, y David, inclinándose hasta el suelo en señal de reverencia,