11 Entonces Jesús le contestó:—No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si Dios no te lo hubiera permitido; por eso, el que me entregó a ti es más culpable de pecado que tú.
12 Desde aquel momento, Pilato buscaba la manera de dejar libre a Jesús; pero los judíos le gritaron:—¡Si lo dejas libre, no eres amigo del emperador! ¡Cualquiera que se hace rey, es enemigo del emperador!
13 Pilato, al oír esto, sacó a Jesús, y luego se sentó en el tribunal, en el lugar que en hebreo se llamaba Gabatá, que quiere decir El Empedrado.
14 Era el día antes de la Pascua, como al mediodía. Pilato dijo a los judíos:—¡Ahí tienen a su rey!
15 Pero ellos gritaron:—¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!Pilato les preguntó:—¿Acaso voy a crucificar a su rey?Y los jefes de los sacerdotes le contestaron:—¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!
16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.
17 Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado «Lugar de la Calavera» (que en hebreo se llama Gólgota).