42 “De todos los animales que se arrastran sobre la tierra, no comeréis ninguno, ya sea que se arrastre sobre el vientre o que ande a cuatro o más patas, pues son animales despreciables.
43 No os hagáis despreciables e impuros vosotros mismos con ningún animal que se arrastra,
44 porque yo soy el Señor vuestro Dios. Vosotros debéis purificaros completamente, y ser santos porque yo soy santo. No os hagáis impuros con ningún animal que se arrastre por la tierra.
45 Yo soy el Señor, el que os hizo salir de Egipto para ser vuestro Dios. Por lo tanto, vosotros debéis ser santos porque yo soy santo.”
46 Estas son las instrucciones relativas a los animales, aves y todo lo que vive y se mueve en el agua, y a todos los animales que se arrastran sobre la tierra,
47 para que se pueda distinguir entre lo puro y lo impuro, y entre los animales que se pueden comer y los que no se pueden comer.