14 “Las normas para cuando alguien muere en una tienda de campaña son estas: Todos los que se encuentren dentro de la tienda y todos los que entren en ella, quedarán impuros durante siete días.
15 Toda vasija destapada, o cuya tapa esté mal puesta, también quedará impura.
16 “En campo abierto, todo aquel que toque el cadáver de una persona, ya sea asesinada o muerta de forma natural, o unos huesos humanos, o una tumba, quedará impuro durante siete días.
17 “En tales casos de impureza se tomará un poco de la ceniza de la vaca sacrificada por el pecado, y se pondrá en una vasija para verterle encima agua de manantial.
18 Luego un hombre que esté puro tomará una ramita de hisopo, la mojará en el agua y rociará con ella la tienda, las vasijas y las personas que estaban allí, y también al que tocó los huesos o el cadáver de la persona asesinada o muerta de forma natural, o la tumba.
19 El hombre ritualmente puro debe rociar al impuro en los días tercero y séptimo. Al séptimo día ya lo habrá purificado. Entonces la persona impura lavará su ropa y se lavará a sí misma con agua, pero quedará impura hasta la tarde.
20 Si una persona ritualmente impura no se purifica, será eliminada de entre su pueblo, pues profana el santuario del Señor. Puesto que no fue rociada con el agua de purificación, sigue estando impura.