3 Pero si estas se casan con hombres de otra tribu israelita, la tierra que les tocó a ellas dejará de pertenecer a nuestra tribu y pasará a ser de la tribu de aquellos con quienes ellas se casen. Así se nos irá quitando parte de lo que nos tocó en suerte.
4 Luego, cuando llegue el año de liberación en Israel, la tierra de ellas pasará a ser definitivamente de aquella otra tribu y dejará de pertenecer a la nuestra.
5 Entonces Moisés, según las instrucciones que le dio el Señor, ordenó lo siguiente a los israelitas:–Los hombres de la tribu de José tienen razón.
6 El Señor permitirá que las hijas de Selofhad se casen con quienes quieran, con tal de que ellos sean de un clan de la tribu a la que ellas pertenecen por parte de padre.
7 La tierra que le haya tocado a cada uno en Israel, no debe pasar de una tribu a otra; sino que todo israelita debe conservar su herencia en su propia tribu.
8 Si una mujer de cualquier tribu hereda tierras, deberá casarse con un hombre de un clan de su misma tribu. Así, cada israelita conservará la herencia recibida de sus padres.
9 Ninguna herencia debe pasar de una tribu a otra. Cada tribu de Israel debe conservar el territorio que le tocó.