5 Entonces Moisés, según las instrucciones que le dio el Señor, ordenó lo siguiente a los israelitas:–Los hombres de la tribu de José tienen razón.
6 El Señor permitirá que las hijas de Selofhad se casen con quienes quieran, con tal de que ellos sean de un clan de la tribu a la que ellas pertenecen por parte de padre.
7 La tierra que le haya tocado a cada uno en Israel, no debe pasar de una tribu a otra; sino que todo israelita debe conservar su herencia en su propia tribu.
8 Si una mujer de cualquier tribu hereda tierras, deberá casarse con un hombre de un clan de su misma tribu. Así, cada israelita conservará la herencia recibida de sus padres.
9 Ninguna herencia debe pasar de una tribu a otra. Cada tribu de Israel debe conservar el territorio que le tocó.
10-11 Entonces Mahlá, Tirsá, Hoglá, Milcá y Noá, hijas de Selofhad, hicieron lo que el Señor había ordenado a Moisés, y se casaron con hijos de sus tíos paternos,
12 que eran descendientes de Manasés, hijo de José. Así su herencia quedó dentro de la tribu a la que pertenecía su padre.