15 El mismo Espíritu Santo nos lo confirma, al decir:
16 “El pacto que haré con ellosdespués de aquellos díasserá este, dice el Señor:Pondré mis leyes en su corazóny las escribiré en su mente.
17 Y no me acordaré másde sus pecados y maldades.”
18 De modo que cuando los pecados han sido perdonados, no hay necesidad de más ofrendas por el pecado.
19 Por tanto, hermanos, ahora podemos entrar con entera libertad en el santuario por medio de la sangre de Jesucristo,
20 siguiendo el camino nuevo, el camino de vida que él nos abrió a través del velo, es decir, a través de su propio cuerpo.
21 Jesús es nuestro gran sacerdote que está al frente de la casa de Dios.