32 Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados,
33 y el pueblo entero se reunió a la puerta.
34 Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque ellos le conocían.
35 De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado.
36 Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús,
37 y cuando lo encontraron le dijeron:–Todos te están buscando.
38 Él les contestó:–Vayamos a otros lugares cercanos a anunciar también allí el mensaje, porque para esto he salido.