1 En aquellos días cayó enfermo Abías, el hijo de Jeroboán,
2 y este dijo a su mujer:— Anda, disfrázate, para que nadie sepa que eres mi mujer, y vete a Siló, donde vive el profeta Ajías, el que me anunció que sería rey de este pueblo.
3 Llévale diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él, pues él te dirá lo que le sucederá al niño.
4 La mujer de Jeroboán lo hizo así; se preparó, marchó a Siló y llegó a la casa de Ajías. Aunque Ajías no podía ver, pues estaba casi ciego a causa de la vejez,
5 el Señor le había advertido:— Va a venir la mujer de Jeroboán a consultarte sobre su hijo, que está enfermo. Ella vendrá disfrazada y tú le dirás esto y esto.
6 Cuando Ajías escuchó el ruido de sus pasos al entrar por la puerta, dijo:— Pasa, mujer de Jeroboán. ¿Por qué te haces pasar por otra? Tengo que darte malas noticias.
7 Ve y di a Jeroboán: “Esto dice el Señor: Yo te saqué de en medio del pueblo y te convertí en jefe de mi pueblo Israel.