14 Los paganos, que habían huido de Judea por temor a Judas, se unieron en masa a Nicanor, pensando que el infortunio y la derrota de los judíos redundaría en su propio beneficio.
15 Pero cuando los judíos se enteraron de la llegada de Nicanor y de la invasión de los paganos, se arrojaron polvo sobre la cabeza e invocaron a Dios, que había establecido para siempre a su pueblo y protegía sin cesar su heredad de modo manifiesto.
16 Obedeciendo la orden de Judas, su jefe, partieron inmediatamente desde el lugar donde estaban y trabaron combate con los paganos junto al pueblo de Desau.
17 Simón, el hermano de Judas, que había entrado en combate con Nicanor, sufrió un ligero contratiempo a causa del repentino ataque del enemigo.
18 Sin embargo, Nicanor, que conocía el valor y la audacia con que Judas y los suyos combatían por su patria, resolvió evitar mayores derramamientos de sangre;
19 así que envió a Posidonio, Teodoto y Matatías para negociar la paz.
20 Después de examinar atentamente las condiciones propuestas, Judas se las comunicó a sus tropas, que manifestaron su conformidad y dieron el visto bueno al tratado.