18 Sin embargo, Nicanor, que conocía el valor y la audacia con que Judas y los suyos combatían por su patria, resolvió evitar mayores derramamientos de sangre;
19 así que envió a Posidonio, Teodoto y Matatías para negociar la paz.
20 Después de examinar atentamente las condiciones propuestas, Judas se las comunicó a sus tropas, que manifestaron su conformidad y dieron el visto bueno al tratado.
21 Señalaron un día para que ambos jefes se reunieran en privado, avanzó un carro de combate por bando y se sentaron el uno frente al otro.
22 Judas había situado en lugares estratégicos gente armada, dispuesta a intervenir si, inesperadamente, el enemigo los traicionaba. Pero en aquella entrevista llegaron los jefes a un acuerdo.
23 Nicanor residió por algún tiempo en Jerusalén. Allí se condujo con corrección, y licenció a las tropas que se le habían unido en masa.
24 Siempre tenía junto a él a Judas, a quien apreciaba sinceramente: