5 El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo
6 y pensó: “Si esto es sólo el comienzo de su actividad, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y tengan una misma lengua.
7 Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos”.
8 Y así fue como el Señor los dispersó desde aquel lugar por toda la superficie de la tierra, y dejaron de construir la ciudad.
9 Por eso aquella ciudad se llamó Babel porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.
10 Estos son los descendientes de Sem:Sem tenía cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.
11 Después de engendrar a Arfaxad, vivió Sem quinientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.