15 Enseñaba en las sinagogas y gozaba de gran prestigio a los ojos de todos.
16 Llegó a Nazaret*, el lugar donde se había criado, y como tenía por costumbre, entró un sábado en la sinagoga, y se puso en pie para leer las Escrituras.
17 Le dieron el libro del profeta Isaías y, al abrirlo, encontró el pasaje que dice:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar a los pobres la buena noticia de la salvación; me ha enviado a anunciar la libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; a liberar a los oprimidos
19 y a proclamar un año en el que el Señor concederá su gracia.
20 Cerró luego el libro, lo devolvió al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los presentes lo miraban atentamente.
21 Y él comenzó a decirles:— Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo en presencia de ustedes.