25 Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
26 Y había un letrero en el que estaba escrito el motivo de la condena: “El rey de los judíos”.
27 Al mismo tiempo que a Jesús, crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.
28 [Así se cumplió la Escritura que dice: Fue incluido entre los criminales].
29 Los que pasaban lo insultaban y, meneando la cabeza, decían:— ¡Eh, tú que derribas el Templo y vuelves a edificarlo en tres días:
30 sálvate a ti mismo bajando de la cruz!
31 De igual manera los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se burlaban de él diciéndose unos a otros:— Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo.