9 y obsérvenla. Si se va hacia Bet Semes, en su propio territorio, entonces quiere decir que Dios nos ha mandado esta tremenda calamidad. Pero si las vacas no se van directo a Bet Semes, entonces sabremos que el Dios de Israel no nos ha castigado, sino que nuestra calamidad fue sólo una coincidencia.
10 Los filisteos hicieron lo que dijeron los sacerdotes y los magos. Encontraron dos vacas que acababan de tener cría. Ataron las vacas a la carreta y pusieron a los becerros en el establo.
11 Luego pusieron el cofre del SEÑOR en la carreta junto con la bolsa de las figuras de los tumores y ratones.
12 Las vacas se fueron mugiendo por el camino, directamente a Bet Semes, sin desviarse para nada. Los gobernantes de los filisteos siguieron a las vacas hasta los límites de la ciudad de Bet Semes.
13 El pueblo de Bet Semes cosechaba trigo en el valle cuando levantaron la vista y vieron el cofre. Se alegraron de ver el cofre de nuevo y corrieron a recibirlo.
14 La carreta llegó hasta la parcela que pertenecía a Josué de Bet Semes y se detuvo junto a una gran piedra. Entonces el pueblo de Bet Semes volvió leña la carreta y ofreció las vacas ese día como sacrificio que debe quemarse completamente al SEÑOR.
15 Algunos levitas habían descargado de la carreta, el cofre del SEÑOR y la bolsa que contenía las figuras de oro, y pusieron todo en la gran piedra. Ese día los hombres de Bet Semes ofrecieron al SEÑOR sacrificios que se queman completamente y otros sacrificios.