2 Josías hizo lo que le agradaba al SEÑOR y siguió el camino de su antepasado David, sin desviarse a la derecha ni a la izquierda.
3 Después de reinar ocho años, mientras todavía era un joven, empezó a seguir al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo de su reinado comenzó a purificar a Judá y a Jerusalén quitando los santuarios sobre las colinas, los postes de Aserá, los ídolos de piedra y las imágenes de metal fundido.
4 Hizo destruir en su presencia los altares de los baales y despedazar los incensarios que había encima de los altares. Ordenó despedazar los postes de Aserá y los ídolos de piedra y de metal fundido. Los redujo a polvo y los hizo desparramar sobre las tumbas de los que hacían sacrificios en su honor.
5 Quemó los huesos de los sacerdotes de los baales y esparció las cenizas sobre sus altares para purificar a Judá y a Jerusalén de ellos.
6 En las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, quitó sus templos.
7 En todo Israel derribó altares y postes de Aserá, redujo a polvo los ídolos y cortó en pedazos todos los altares para quemar incienso, y luego regresó a Jerusalén.
8 En el año dieciocho de su reinado, Josías, después de haber purificado el país y el templo, mandó a Safán hijo de Asalías, a Maseías, el alcalde de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, el secretario real, a reparar el templo del SEÑOR su Dios.