11 Luego, todo el pueblo de Israel se enterará de esto, tendrá temor y nadie se atreverá a hacer una maldad semejante de nuevo.
12 »Puede darse también el caso de que oigas la noticia de que en una de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da para vivir,
13 hombres perversos, israelitas, lleven a los habitantes de esa ciudad a abandonar a Dios y les digan: “Vayamos y adoremos a otros dioses”, dioses que tú no conoces.
14 Tendrás que investigar el asunto cuidadosamente y si resulta ser verdad que algo tan horrible ha sucedido entre ustedes,
15 matarás con espada a la gente de esa ciudad. Destruye completamente la ciudad y mata con espada a todos, tanto a seres humanos como a animales.
16 Reúne todo lo valioso en la mitad de su plaza pública y quema la ciudad con todo eso como una ofrenda que debe quemarse completamente para el SEÑOR tu Dios. Esa ciudad deberá quedar hecha un montón de ruinas para siempre y no debe ser reconstruida.
17 No te quedes con nada de lo que se ha consagrado a la destrucción, para que el SEÑOR no se enoje más, sino que te tenga compasión, sea bueno contigo y haga que tu nación crezca como se lo prometió a tus antepasados.