3 Pero Judá le dijo: —Pero el gobernador de ese país nos advirtió: “No volverán a ver mi cara a menos que su hermano esté con ustedes”.
4 Sólo iremos a comprarte más trigo si mandas a nuestro hermano con nosotros.
5 Pero si no lo mandas, no iremos allá. Ese hombre nos advirtió que no regresáramos sin él.
6 Entonces Israel dijo: —¿Por qué le dijeron a ese hombre que ustedes tenían otro hermano? ¿Por qué me hicieron ese mal?
7 Ellos respondieron: —Ese hombre nos interrogó sobre nuestra vida y nuestra familia. Nos preguntó: “¿Su papá todavía vive? ¿Tienen otro hermano?” Nosotros sólo le respondimos sus preguntas. ¿Cómo íbamos a saber que nos iba a pedir que trajéramos a nuestro hermano?
8 Después Judá le dijo a su papá, Israel: —Manda al muchacho conmigo, déjanos ir de una vez para que así tú, nosotros y nuestros hijos, sobrevivamos.
9 Yo mismo te garantizo que estará a salvo. Puedes hacerme responsable de él. Si no te lo traigo de regreso, me puedes culpar toda la vida.