7 Que el perverso deje de hacer el mal y el inicuo deje sus malos pensamientos. Que se vuelvan al SEÑOR, y así él tendrá compasión de ellos. Que se vuelvan a nuestro Dios, porque él es generoso para perdonarlos.
8 El SEÑOR dice: «Mis pensamientos no son como los de ustedes, ni tampoco mi manera de obrar.
9 Porque así como el cielo está tan arriba de la tierra, de igual manera mi manera de obrar es tan diferente a la de ustedes. Mis pensamientos son más altos que los suyos.
10 La lluvia y la nieve caen de los cielos y no se regresan, sino que humedecen la tierra, la fecundan y la hacen germinar, dando semilla al campesino y comida a la gente.
11 Así también pasa con mi mensaje, no volverá a mí vacío, sino que hará lo que yo quiero y cumplirá bien el propósito para el que lo envío.
12 Porque ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. Los montes y colinas estallarán en cantos de alegría ante ustedes y todos los árboles del campo aplaudirán.