3 Israel estaba consagrada al SEÑOR, la mejor parte de su cosecha; todo el que se atrevía a devorarla recibía su castigo, el desastre caía sobre él». Lo dice el SEÑOR.
4 Hijos de Jacob y familias de Israel, escuchen el mensaje del SEÑOR.
5 Esto dice el SEÑOR: «¿Qué vieron de malo en mí sus antepasados para que se alejaran de mí? Ellos se fueron a adorar lo que no valía nada y terminaron ellos mismos valiendo nada.
6 Nunca preguntaron: “¿Dónde está el SEÑOR que nos sacó de Egipto, que nos guió por el desierto, por tierra seca y en ruinas, que nos guió por tierra oscura y peligrosa, una tierra inexplorada en donde no vive nadie?”
7 »Yo los traje a una tierra fértil para que comieran de sus frutos y de todo lo bueno que producía. Pero ustedes profanaron mi tierra; me da asco en lo que convirtieron mi propiedad.
8 »Los sacerdotes no se preguntaron: “¿Dónde está el SEÑOR?” La gente que maneja la ley no me reconoció. Los líderes se pusieron en mi contra; los profetas se convirtieron en voceros de Baal y se fueron tras ídolos que no sirven para nada.
9 Por eso, dice el SEÑOR, los acusaré de nuevo, y acusaré a los hijos de sus hijos.