20 Sísara le dijo a Jael: —Ahora ve a la entrada y quédate allí. Si viene alguien y te pregunta: “¿Hay alguien adentro?”, contesta que no.
21 Sísara estaba tan cansado que se quedó dormido. Mientras tanto, Jael fue a conseguir una estaca y un martillo, entró sin hacer ruido y clavó la estaca en la sien de Sísara. La estaca le atravesó la cabeza y se enterró en la tierra. Así fue como murió Sísara.
22 Al poco tiempo llegó Barac buscando a Sísara. Jael salió a recibirlo y le dijo: —Entra y te mostraré al hombre que estás buscando. Entonces Barac entró y vio a Sísara muerto en el suelo, con la estaca atravesada en la sien.
23 Ese día Dios derrotó a Jabín, rey de Canaán e hizo ganar al pueblo de Israel.
24 Desde ese momento, el pueblo de Israel trató a Jabín con más y más dureza hasta que lo destruyó.