1 Dios mío, hemos escuchado hablar de ti, nuestros padres nos han contado las maravillas que hiciste en su época, en aquellos tiempos pasados.
2 Nos contaron cómo tú con tu poder arrancaste naciones, y plantaste a nuestros padres. Trituraste naciones, y los expulsaste de la tierra.
3 No fue gracias a sus espadas ni a su fuerza como obtuvieron la victoria, sino gracias a tu poder y fortaleza, y a la luz de tu presencia porque tú eras feliz con ellos.
4 Dios mío, tú eres mi rey. Ordena que el pueblo de Jacob salga victorioso.
5 Con tu ayuda, nos quitaremos de encima al enemigo; sólo en tu nombre los podremos pisotear.
6 No confío en mi espada ni en mi arco, pues no me pueden dar la victoria.