1 Dios mío, escucha mi queja, protégeme de las amenazas de mis enemigos.
2 Protégeme de los planes secretos de los delincuentes; escóndeme de esa pandilla de perversos.
3 Afilan su lengua como afilar una espada; lanzan palabras venenosas como si fueran flechas.
4 De repente disparan flechas contra gente inocente; nadie los ve en sus escondites.
5 Se animan unos a otros a hacer el mal. Planean juntos cómo tender sus trampas a los demás y están seguros de que nadie podrá descubrirlos.
6 Ellos planean hacer injusticias, hacen investigaciones minuciosas. El ser humano puede llegar a ser muy malo, es muy difícil saber qué es lo que realmente está pensando.