22 ¿Son ellos hebreos? Yo también lo soy. ¿Son ellos israelitas? También yo lo soy. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también.
23 ¿Sirven ellos a Cristo? Yo le sirvo más. ¡Parezco un loco hablando así! Yo he trabajado mucho más que ellos; he estado más veces en prisión; he soportado más azotes que ellos y muchas veces he estado en peligro de muerte.
24 En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los treinta y nueve azotes.
25 Tres veces me golpearon con palos; una vez casi me matan a pedradas; tres veces estuve en naufragios; una vez tuve que pasar todo un día y una noche perdido en medio del mar.
26 He viajado de aquí para allá continuamente; he estado en peligro en los ríos, en peligro de ladrones, en peligro por causa de mis compatriotas y de los que no son judíos. También he estado en peligro en las ciudades, en los desiertos y en los mares. He estado en peligro por causa de falsos hermanos.
27 He hecho trabajos duros y fatigantes; he pasado muchas noches sin dormir; muchas veces he sufrido hambre y sed, y he tenido que soportar el frío sin tener con qué cubrirme.
28 He tenido muchos otros problemas y, sobre todo, tengo siempre una gran carga: la preocupación diaria por todas las iglesias.