25 Judas, el que iba a entregar a Jesús le dijo: —No seré yo, ¿verdad, Maestro? Jesús le dijo: —Sí, eres tú.
26 Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a sus seguidores y dijo: —Tomen este pan y coman, este es mi cuerpo.
27 Luego tomó la copa y después de dar gracias se la dio a ellos, y dijo: —Beban todos de esta copa,
28 porque esto es mi sangre que establece el nuevo pacto, la cual es derramada para perdonar los pecados de muchos.
29 Les digo que nunca volveré a beber vino hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
30 Después cantaron una canción de alabanza y se fueron al monte de los Olivos.
31 Entonces Jesús les dijo: —Todos ustedes perderán la fe en mí debido a lo que me sucederá esta noche, porque dice en las Escrituras: “Mataré al pastor y las ovejas del rebaño serán dispersadas”.