11 Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos de hierro y decía: "Así dice el SEÑOR: 'Con éstos acornearás a los Arameos hasta acabarlos.'"
12 Y todos los profetas profetizaban así: "Suba a Ramot de Galaad y tendrá éxito, pues el SEÑOR la entregará en manos del rey."
13 Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le dijo: "Mira, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente."
14 Pero Micaías dijo: "Vive el SEÑOR que lo que el SEÑOR me diga, eso hablaré."
15 Cuando llegó al rey, éste le dijo: "Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debemos desistir?" Y él le respondió: "Suba, y tendrá éxito, y el SEÑOR la entregará en manos del rey."
16 Entonces el rey le dijo: "¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del SEÑOR?"
17 Micaías respondió: "Vi a todo Israel Esparcido por los montes, Como ovejas sin pastor; Y el SEÑOR dijo: 'Estos no tienen señor, Que cada uno vuelva a su casa en paz.'"