26 Saqueó el templo del Señor y los tesoros de la casa real, y se llevó todo, incluyendo los escudos de oro que Salomón había hecho. Para reemplazarlos, Roboán hizo escudos de bronce, y los puso bajo la custodia de los guardias que cuidaban las puertas.
28 Cuando el rey iba al templo del SEÑOR, los guardias los portaban y luego los guardaban en la sala de la guardia.
29 Los demás sucesos del reinado de Roboán están escritos en los Anales de los Reyes de Judá.
30 Hubo guerra permanente entre Roboán y Jeroboán.
31 Cuando Roboán, el hijo de la amonita Noamá, murió, fue sepultado entre sus antepasados, en la Ciudad de David, y en su lugar reinó su hijo Abías.