1 ¡Ay de ustedes, asirios, que lo han destruido todo a su alrededor sin haber sufrido jamás en carne propia la destrucción! ¡Exigen que otros cumplan lo que les prometen, y ustedes los traicionan! Ahora les toca a ustedes ser traicionados y destruidos.
2 ¡Pero a nosotros, oh SEÑOR, muéstranos misericordia, porque en ti hemos confiado! Sé nuestra fuerza cada día y nuestro auxilio cuando sobrevenga la tribulación.
3 Al escuchar tu voz huye el enemigo; cuando tú te alzas, se desbandan las naciones.
4 Como las langostas despojan las eras y las viñas, despojará Jerusalén al derrotado ejército de Asiria.
5 Excelso es el SEÑOR, quien tiene su morada en el cielo. Él convertirá a Jerusalén en hogar de justicia, bondad y rectitud.
6 Hay para Judá abundancia de salvación guardada en lugar seguro, junto con sabiduría, conocimiento y reverencia a Dios.