12 —No lo hagas —le dijo el SEÑOR—. No debes maldecirlos, porque ellos tienen mi bendición.
13 Al día siguiente Balán les dijo a los hombres:—Váyanse, el SEÑOR no me deja ir con ustedes.
14 Los embajadores del rey Balac regresaron e informaron al rey de la negativa de Balán.
15 Pero Balac insistió. Envió un número mayor y más distinguido de embajadores.
16-17 Estos se presentaron ante Balán y le dieron el siguiente mensaje:—El rey Balac te ruega que vayas. Promete darte grandes honores y cualquier cantidad de dinero que pidas. Ven de inmediato, y maldice a ese pueblo.
18 Pero Balán replicó:—Aunque Balac me ofreciera un palacio repleto de oro y plata, yo no podría hacer nada contrario a los mandamientos del SEÑOR mi Dios.
19 Sin embargo, pasen aquí la noche para ver si el SEÑOR añade algo a lo que me dijo antes.