34 Sin parábolas no les hablaba. En cambio, cuando estaba a solas con sus discípulos les explicaba todo.
35 Anochecía y Jesús les dijo a sus discípulos:—Vámonos al otro lado del lago.
36 Y, dejando a la multitud, salieron en la barca. Varias barcas los siguieron.
37 A medio camino se desató una terrible tempestad. El viento azotaba la barca con furia y las olas amenazaban con anegarla completamente.
38 Jesús dormía en la popa, con la cabeza en una almohada. Lo despertaron y le dijeron:—Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?
39 Jesús se levantó, reprendió a los vientos y dijo a las olas:—¡Silencio! ¡Cálmense!Los vientos cesaron y todo quedó en calma,
40 Y Jesús les dijo:—¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Acaso no tienen fe?