6 Las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron ante Esaú.
7 Luego, Lea y sus hijos hicieron lo mismo y, por último, también se inclinaron José y Raquel.
8 —¿Qué significan todas estas manadas que han salido a mi encuentro? —preguntó Esaú.—Intentaba con ellas ganarme tu confianza —contestó Jacob.
9 —Hermano mío —repuso Esaú—, ya tengo más que suficiente. Quédate con lo que te pertenece.
10 —No, por favor —insistió Jacob—; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo!
11 Acéptame el regalo que te he traído. Dios ha sido muy bueno conmigo, y tengo más de lo que necesito.Fue tanta la insistencia de Jacob que, finalmente, Esaú aceptó.
12 Más tarde, Esaú le dijo:—Sigamos nuestro viaje; yo te acompañaré.