22 Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo.
23 Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.
24 Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.
25 En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como quien por la misericordia del Señor es digno de confianza.
26 Pienso que, a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede como está.
27 ¿Estás casado? No procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa.
28 Pero si te casas, no pecas; y si una joven se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos, y yo quiero evitárselos.