20 Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.
21 Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. Él nos ungió,
22 nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.
23 ¡Por mi vida! Pongo a Dios por testigo de que es sólo por consideración a ustedes por lo que todavía no he ido a Corinto.
24 No es que intentemos imponerles la fe, sino que deseamos contribuir a la alegría de ustedes, pues por la fe se mantienen firmes.