5 para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos.
6 Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!»
7 Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero.
8 Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses.
9 Pero ahora que conocen a Dios —o más bien que Dios los conoce a ustedes—, ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?
10 ¡Ustedes siguen guardando los días de fiesta, meses, estaciones y años!
11 Temo por ustedes, que tal vez me haya estado esforzando en vano.