34 Al ver lo sucedido, los que cuidaban los cerdos huyeron y dieron la noticia en el pueblo y por los campos,
35 y la gente salió a ver lo que había pasado. Llegaron adonde estaba Jesús y encontraron, sentado a sus pies, al hombre de quien habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo.
36 Los que habían presenciado estas cosas le contaron a la gente cómo el endemoniado había sido sanado.
37 Entonces toda la gente de la región de los gerasenos le pidió a Jesús que se fuera de allí, porque les había entrado mucho miedo. Así que él subió a la barca para irse.
38 Ahora bien, el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo, pero Jesús lo despidió y le dijo:
39 —Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti.Así que el hombre se fue y proclamó por todo el pueblo lo mucho que Jesús había hecho por él.
40 Cuando Jesús regresó, la multitud se alegró de verlo, pues todos estaban esperándolo.