2 y vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado.
3 (En efecto, los fariseos y los demás judíos no comen nada sin primero cumplir con el rito de lavarse las manos, ya que están aferrados a la tradición de los ancianos.
4 Al regresar del mercado, no comen nada antes de lavarse. Y siguen otras muchas tradiciones, tales como el rito de lavar copas, jarras y bandejas de cobre.)
5 Así que los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron a Jesús:—¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los ancianos, en vez de comer con manos impuras?
6 Él les contestó:—Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según está escrito:»“Este pueblo me honra con los labios,pero su corazón está lejos de mí.
7 En vano me adoran;sus enseñanzas no son más que reglas humanas.”
8 Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas.