31 También Barzilai, el galaadita, descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del Jordán.
32 Y era Barzilai muy anciano, de ochenta años, el cual había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era un hombre potentado.
33 Y el rey dijo a Barzilai: Cruza conmigo y yo te sustentaré junto a mí en Jerusalén.
34 Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años me quedan de vida para que yo suba con el rey a Jerusalén?
35 Ya tengo ochenta años de edad. ¿Acaso podré yo discernir entre lo bueno y lo malo? ¿Saboreará ahora tu siervo lo que coma o lo que beba? ¿Oirá aún la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor el rey?
36 Pasará tu siervo un poco más allá del Jordán con el rey; pero, ¿por qué me ha de dar el rey tan gran recompensa?
37 Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, para que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Mas he aquí a tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz con él lo que bien te parezca.