15 Pero sabed de cierto que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores, porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.
16 Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no merece la pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado.
17 Entonces se levantaron algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la congregación del pueblo, diciendo:
18 Miqueas de Moreset profetizó en los días de Ezequías, rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sión será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de escombros, y el monte de la casa como cumbres de bosque.
19 ¿Acaso lo mataron Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió a Jehová y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió del mal que había hablado contra ellos? Nosotros, pues, haremos un gran mal contra nuestras almas.
20 Y hubo también un hombre que profetizaba en nombre de Jehová, Urías hijo de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de Jeremías;
21 y oyeron sus palabras el rey Joacim, y todos sus grandes y todos sus príncipes; y el rey procuró matarle; pero Urías lo oyó, y tuvo temor, y huyó y se fue a Egipto;