3 Por lo cual la tierra estará de duelo, y desfallecerá todo morador de ella con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar desaparecerán.
4 Que ningún hombre contienda ni reprenda a otro hombre, porque tu pueblo es como los que contienden con el sacerdote.
5 Caerás, por tanto, en pleno día, y caerá también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré.
6 Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto tú desechaste el conocimiento, yo te desecharé a ti y no serás sacerdote para mí; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
7 Cuanto más se multiplicaban, más pecaban contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.
8 Comen del pecado de mi pueblo, y en su iniquidad ponen su alma.
9 Y será el pueblo como el sacerdote; y los castigaré por sus caminos y les pagaré conforme a sus obras.