8 Mefiboset volvió a inclinarse ante el rey, y le dijo:«¿Pero quién soy yo? ¡Este siervo tuyo no es más que un perro muerto!»
9 Entonces el rey llamó a Sibá, el siervo de Saúl, y le dijo:«Hoy le he devuelto al hijo de tu señor todas las posesiones de Saúl y de su familia.
10 Tú, y tus hijos y tus sirvientes se encargarán de labrar sus tierras y de almacenar los frutos, para que no le falte comida a Mefiboset, el hijo de tu señor, aunque él tiene un lugar en mi mesa y comerá conmigo.»Sibá, que tenía quince hijos y veinte sirvientes,
11 le respondió al rey:«Yo cumpliré fielmente todo lo que mi señor el rey me ha dicho.»Por su parte, el rey David reiteró que Mefiboset comería con él, como si fuera uno de sus hijos.
12 Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaía, y toda la familia de Sibá estaba al servicio de Mefiboset.
13 Y como Mefiboset estaba lisiado de ambos pies, vivía en Jerusalén y siempre comía a la mesa del rey.