17 Sintió miedo, y dijo: «¡Qué terrible es este lugar! ¡No es otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo!»
18 Por la mañana Jacob se levantó y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la levantó como un pilar, y sobre ella derramó aceite.
19 A ese lugar le puso por nombre Betel, aunque el primer nombre de esa ciudad era Luz.
20 Allí Jacob hizo este voto: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que ahora hago, y me da pan para comer y ropa para vestirme,
21 y me hace volver en paz a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios.
22 Esta piedra, que he levantado como pilar, será casa de Dios; y de todo lo que me des, apartaré el diezmo para ti.»