8 El Señor ha dicho:«Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos.
9 Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.
10 »Así como la lluvia y la nieve caen de los cielos, y no vuelven allá, sino que riegan la tierra y la hacen germinar y producir, con lo que dan semilla para el que siembra y pan para el que come,
11 así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié.
12 »Ustedes saldrán con alegría, y volverán en paz; los montes y las colinas cantarán al paso de ustedes, y todos los árboles del campo aplaudirán.
13 En lugar de zarzas, crecerán cipreses; en lugar de ortigas, crecerán arrayanes. Esto dará lustre al nombre del Señor; ¡será una señal eterna que durará para siempre!»