4 En aquel tiempo gobernaba a Israel una profetisa llamada Débora, que era mujer de Lapidot.
5 Débora acostumbraba sentarse bajo una palmera que estaba entre Ramá y Betel, en el monte de Efraín. Los israelitas iban a ese lugar, conocido como «La palmera de Débora», para que les hiciera justicia.
6 Un día, Débora mandó llamar a Barac hijo de Abinoán, quien era de Cedes de Neftalí. Cuando Barac llegó, ella le preguntó:«El Señor y Dios de Israel te ha dado una orden, ¿no es verdad? Te ha dicho: “Ve y reúne a tu gente en el monte Tabor. Toma diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón.
7 Yo voy a hacer que Sísara, el capitán del ejército de Jabín, vaya al arroyo de Cisón con sus carros y su ejército, y allí lo entregaré en tus manos.”»
8 Y Barac le respondió:«Iré, si tú vas conmigo. Si no vas conmigo, no iré.»
9 Ella le dijo:«Voy a ir contigo. Pero la gloria de la victoria no será tuya, porque el Señor va a poner a Sísara en manos de una mujer.»Y así, Débora se levantó y acompañó a Barac hasta Cedes.
10 Allí Barac reunió a las tribus de Zabulón y Neftalí, que eran diez mil hombres bajo su mando. Débora lo acompañó.