1 Como el cofre del pacto de Dios ya había estado siete meses en su tierra,
2 los filisteos mandaron a llamar a sus sacerdotes y adivinos, y les preguntaron:—¿Qué podemos hacer con el cofre del pacto de Dios? ¿Cómo podemos enviarlo de vuelta a su lugar?
3 Ellos les contestaron:—Si lo regresan, deben enviar también ofrendas para pagar por el error de haberlo capturado. Sólo así sanarán de los tumores y entenderán por qué Dios no ha dejado de castigarlos.
4-5 Los filisteos volvieron a preguntar:—¿Qué ofrenda podemos presentarle al Dios de Israel para que nos perdone?Y les contestaron:—Hagan figuras de los tumores y de las ratas que están destruyendo el país. Como ustedes tienen cinco jefes, deben enviar cinco tumores de oro y cinco ratas de oro. Así reconocerán que el Dios de Israel es muy poderoso; tal vez él deje de castigar al pueblo, a sus jefes, a sus dioses y a su tierra.
6 »No vayan a portarse como el rey de Egipto y su gente. Ellos se pusieron muy tercos, y sólo cuando Dios los castigó duramente dejaron que los israelitas se fueran de Egipto.