13 Ellos le respondieron:—Nosotros somos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre. El más joven se quedó con nuestro padre en Canaán, y el otro ya ha muerto.
14 José volvió a decirles:—¡Tal como les dije! ¡Ustedes son espías,
15 y les voy a probar que tengo la razón! Yo les juro, por la vida del rey de Egipto, que no van a salir de aquí hasta que traigan a su hermano menor.
16 Vamos a ver si es cierto lo que dicen: Uno de ustedes va a ir por su hermano, y los demás van a quedarse presos. Si no traen aquí a su hermano, quiere decir que ustedes son espías. ¡Lo juro por el rey de Egipto!
17 Y así, José los puso a todos bajo vigilancia durante tres días.
18-20 Pasado ese tiempo, les dijo:«Yo creo en Dios. Si ustedes realmente son gente honrada y quieren seguir con vida, hagan lo siguiente: dejen aquí a uno de ustedes, y vayan los demás a llevarles trigo a sus familiares, pues deben estar muriéndose de hambre. Pero tienen que traerme a su hermano menor. Así veré si es cierto lo que dicen».Ellos aceptaron lo que José les propuso,
21 pero se decían los unos a los otros:«Seguramente estamos recibiendo nuestro merecido por lo que le hicimos a nuestro hermano. Cuando nos rogaba que le perdonáramos la vida, no le hicimos caso, aunque podíamos ver su miedo. Ahora estamos pagando las consecuencias».