11 Porque así el profeta como el sacerdote son fingidos: aun en mi Casa hallé su maldad, dijo el SEÑOR.
12 Por tanto, como resbaladeros en oscuridad les será su camino; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos, año de su visitación, dice el SEÑOR.
13 Y en los profetas de Samaria vi locura: profetizaban en Baal, e hicieron errar a mi pueblo Israel.
14 Y en los profetas de Jerusalén vi torpezas; cometían adulterios, y andaban por mentira, y esforzaban las manos de los malos, para que ninguno se convirtiera de su malicia; me fueron todos ellos como los moradores de Sodoma, y sus moradores como Gomorra.
15 Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
16 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os hacen desvanecer; hablan visión de su corazón, no de la boca del SEÑOR.
17 Dicen atrevidamente a los que me aíran: El SEÑOR dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros.