34 Aullad, pastores, y clamad; y revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para ser vosotros degollados y esparcidos, y caeréis como vaso de codicia.
35 Y no habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño.
36 ¡Voz del grito de los pastores, y aullido de los mayorales del hato se oirá! Porque el SEÑOR asoló sus majadas.
37 Y las majadas quietas serán taladas por la ira del furor del SEÑOR.
38 Desamparó como leoncillo su morada; porque la tierra de ellos fue asolada por la ira del opresor, y por el enojo de su furor.